Desde hace años he querido escribir una nota con relación a la seguridad y las medidas que toda persona debe tomar para disfrutar de esta practica salvaguardando su privacidad, por razones de tiempo y pereza no le e puesto muchas ganas, por otro lado, también hay que denotar que la mayoría de quienes se pueden beneficiar de esto, muy poco leen o se percatan de los riesgos que toman y que en algunos casos pueden dar al traste con el disfrute de esta tan controversial práctica.
Ok empecemos.
Una cosa que la mayoría de quienes muestran interés por esta práctica, no nos preguntan, nos exigen, es el nivel de discreción con la que se manejan los encuentros que realizamos, esto contrasta con las acciones que realizan muchas parejas, algunas veces, mandando como carta de presentación una foto de ellos con el rostros descubierto, o utilizando su perfil de redes sociales y, o cuentas personales de WhatsApp para: contactar, coordinar y consumar un encuentro o aventura, encontrándome muchas veces, en las imágenes del perfil, desde la foto de ellos, como la de sus hijos y hasta de la casa donde viven.
Esta demás indicar que este es un comportamiento descuidado, por no catalogarlo de temerario, pero de nuevo contrasta con la exigencia en todo su derecho, de un manejo discreto de la información.
Les doy un ejemplo.
Hace algunos años conocimos mi esposa y yo a una linda pareja, bastante jóvenes ambos, chéveres y des complicados; disfrutamos de algunos encuentros y producto de ello nos conocimos mejor. Un elemento que me impresiono, era el cuidado en el manejo de las imágenes que adjuntaban cuando coordinaban con otra pareja un encuentro, no solo se preocupaban de la calidad de la imagen, además prestaban especial atención a disimular sus caras, yendo mas haya hasta el borrado de algunas marcas físicas que para un conocido o familiar les sería fácil identificar, aunque su rostro permaneciese cubierto, en fin, no dejaban cabos sueltos.
Bueno, resulta que, conversando con el chico de la pareja, me comento que hacia algunas semanas estaba chateando con otra pareja con la que planeaban consumar un encuentro y como paso previo, acordaron compartir imágenes, una ves todos aprobaron, recibieron unas fotos de la otra pareja y para sorpresa de este chico, quien aparecía en la foto era nada mas y nada menos que su tío. Acto seguido cerro el chat para no contactarse de nuevo.
Verán, las redes y, sobre todo, las redes sociales, hoy día gozan de una popularidad casi universal, esto a ayudado a que se comparta mucha información y que el estilo de vida swinger pase de ser algo muy discreto y casi desconocido, a ser muy conocido y popular, atrayendo a un sinnúmero de curiosos, por lo que nuestra privacidad se torna difícil de conservar.
Es por eso que es de suma importancia que se tomen medidas para mantener nuestra identidad privada y evitar momentos engorrosos.
Y no nada de esto tiene por que aguar la fiesta o mermar el interés en esta práctica, pero no está de más tomar algunas precauciones.
Cosas como cubrir o enmascarar nuestros rostros, utilizar seudónimos y hasta tener cuentas sociales desconectadas de nuestra vida vainilla, no tienen porque ser un impedimento para contactar, coordinar y consumar un encuentro con otras parejas, que estos sepan como lucimos y saber de antemano si la apariencia de nuestra contraparte nos resultara agradable antes de concretar un encuentro.
